El Caribe, una región donde descansan cientos de pecios españoles

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Durante la época colonial, miles de embarcaciones españoles surcaban las aguas del Mar Caribe, en su camino de vuelta hacia España. Estas naves transportaban valiosas cargas como oro, playa, esmeralda y otras piedras preciosas. Sin embargo no todas llegaron a su puerto de destino y sus riquezas terminaron en el fondo del mar.

Según la creencia popular los piratas eran los principales causantes de estos hundimientos, pero los estudios han demostrado, que en la minoria era por esta causa y más del 90 % debido a fenómenos climatológicos. Aunque se han encontrado algunos restos de estos nafragios, quedan miles de tesoros por descubrir que yacen hace siglos en el fondo marino. Estas historias de naugragios, botines perdidos en el mar y buscadores de tesoros resultan fascinantes. Te invitamos a descubrir algunos de los más famosos naufragios en la región durante la época colonial.

Nao Santa María

Este fue el primer hundimiento de una nave europea en América y es de los más célebres en la historia de los naufragios en la región. La Nao Santa María fue la mayor de las tres embarcaciones que utilizó Cristóbal Colón durante su primer viaje al Nuevo Mundo. El naufragio ocurrió el 25 de Diciembre de ese 1492 cuando la nave encalló frente a las costas de Haití. Sus maderas sirvieron para edificar el fuerte Navidad, el primero en el Nuevo Mundo.

Flota “Las Córdobas”

Estaba compuesta por 8 galeones y era llamada la Flota de Tierra Firme, porque recogía rel cargamento de oro, plata y piedras preciosas provenientes de las colonias del sur del continente. Estaba comandada por Luis Fernández de Córdoba y se dirigía hacia La Habana, lugar estratégico desde donde zarparía finalmente camino de España

El primero de noviembre de 1605 naufragaron en aguas del Caribe Colombiano. Según documentos del Archivo de Indias, entre la mercancía declarada había 80 toneladas de oro, 70 kilos de esmeraldas y 500 toneladas de plata, además de las joyas y objetos personales.

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Galeón Nuestra Señora de Atocha

Este galeón formaba parte de una gran flota española que emprendía su regreso a España desde La Habana cargada con numerosas riquezas como lingotes de oro, monedas, platería, fardos de tabaco entre otras. En la noche del 5 de septiembre de 1622, el Galeón Nuestra Señora de Atocha naufragó a causa de un temporal, junto con los 8 barcos que lo acompañaban frente a las costas de la Florida entre ellos el Santa Margarita y Nuestra Señora del Rosario. Su rico cargamento quedó en fondo marino por más de 300 años hasta que fue encontrado por el buceador Mel Fisher en la década del 80 del pasado siglo.

El cargamento recuperado ascendió a más de mil lingotes de plata, 125 barras y discos de oro, cien mil monedas de plata y oro, y objetos personales de los pasajeros entre los que destacaban joyería y orfebrería religiosa. En la actualidad se puede disfrutar de una pequeña parte de estos hallazgos en el Mel Fisher Maritime Heritage Society Museum

 
Nuestra Señora de Juncal 

Nuestra Señora del Juncal fue un galeón español hundido en 1631 durante su travesía entre Veracruz y La Habana, cuando se dirigía a España con un rico cargamento de cargado con un de monedas de plata y reales. También llevaban otros valisoso tesoros como chocolate , considerado el oro negro de época y casi cien toneladas de tintes y semillas de añil, cochinilla, grana fina, grana silvestre, palo de Brasil, entre otras, que se usaban para colorear los ropajes de los nobles de media Europa.


Galéon San Jose, el Santo Grial de todos los naufragios

El Galeón San José fue hundido en batalla naval el 8 de junio de 1708 por los ingleses, frente a la Isla de Barú, en aguas de Cartagena de Indias. La nave había zarpado de Portobelocon rumbo a Cartagena y en sus bodegas llevaba una valiosa carga de oro, plata y esmeraldas extraídas de minas en Perú.

Aunque los restos de este naufragio fueron buscado durante décadas no es hasta noviembre de 2015 que fueron descubiertos en los litorales próximos a Cartagena de Indias por investigadores del Instituto Colombiano de Antropología e Historia; además, del equipo de la Armada Nacional. Sus restos aún permanecen en el lecho marino y su cargamento ha sido valuado en más de 1 500 millones de dólares.