En la interpretación actualizada del escudo puede decirse que el cóndor es ratificación de la vocación aviadora colombiana y del compromiso de las generaciones contemporáneas de dominar el vasto y contrastado territorio nacional, mediante el ejército de alas poderosas.
La primera zona exige a los colombianos la explotación, el incremento y el usufructo de sus considerables recursos naturales; la segunda recuerda que la libertad se sigue conquistando todos los días, como el Pantano de Vargas y Junín, lo hizo el pueblo con la misma lanza en la que campea el gorro frigio; la tercera zona afirma categóricamente la privilegiada posición geográfica de Colombia en lo continental y en lo universal, especialmente su condición de ribereña del Atlántico, del Pacífico y del Amazonas.
Este escudo de armas de la República fué adoptado por la Ley 3º del 9 de mayo de 1834, y tuvo algunas modificaciones que están contenidas en el decreto Nº 861 de 1924.
El Himno Nacional fue compuesto en 1887 con versos de Rafael Núñez y música del compositor italiano, nacionalizado en Colombia, Oreste Síndici, para conmemorar la independencia de Cartagena. La Ley 33 del 28 de octubre de 1920, sancionada por el presidente Marco Fidel Suárez, le dio carácter oficial. El 11 de noviembre de 1887 se cantó por primera vez en público, en un pequeño teatro de variedades improvisado en el antiguo edificio de la escuela pública de la Catedral. Fue entonado por un coro compuesto por 25 voces con orquesta y dirigido por el maestro Sindici. El himno consta de un coro y 11 estrofas.
Coro: ¡Oh gloria inmarcesible! ¡Oh júbilo inmortal! En surcos de dolores El bien germina ya. Cesó la horrible noche, La libertad sublime Derrama las auroras De su invencible luz. La humanidad entera, Que entre cadenas gime Comprende las palabras Del que murió en la cruz. ¡Oh gloria inmarcesible! "¡Independencia!" grita el mundo americano; se baña en sangre de héroes la tierra de Colón. Pero este gran principio: "el rey no es soberano". Resuena, y los que sufren, Bendicen su pasión. ¡Oh gloria inmarcesible! Del Orinoco el cauce Se colma de despojos; De sangre y llanto un río Se mira allí correr. En Bárbula no saben, Las almas ni los ojos, Si admiración o espanto Sentir o padecer. ¡Oh gloria inmarcesible! A orillas del Caribe Hambriento un pueblo lucha. Horrores prefiriendo A pérfida salud. ¡Oh si!, de Cartagena la abnegación es mucha, y escombros de la muerte desprecia su virtud. ¡Oh gloria inmarcesible! De Boyacá en los campos El genio de la gloria, Con cada espiga un héroe, Invicto coronó. Soldados sin coraza Ganaron la victoria; Su varonil aliento De escudo les sirvió. ¡Oh gloria inmarcesible! Bolívar cruza el Ande, Que riegan dos océanos: Espadas cual centellas Fulguran en Junín. Centauros indomables Descienden a los llanos, Y empieza a presentirse De la epopeya el fin. ¡Oh gloria inmarcesible! La trompa victoriosa En Ayacucho truena; Que en cada triunfo crece Su formidable son. En su expansivo empuje La libertad se estrena Del cielo americano Formando un pabellón. ¡Oh gloria inmarcesible! La Virgen sus cabellos Arranca en agonía, Y de su amor viuda, Los cuelga del ciprés. Lamenta su esperanza Que cubre losa fría, Pero glorioso orgullo, Circunda su alba tez. ¡Oh gloria inmarcesible! La patria así se forma Termópilas brotando; Constelación de cíclopes Su noche iluminó. La flor estremecida, Mortal el viento hallando, Debajo los laureles Seguridad buscó. ¡Oh gloria inmarcesible! Más no es completa gloria Vencer en la batalla, Que al brazo que combate Lo anima la verdad La independencia sola El gran clamor no acalla: Si el sol alumbra a todos, Justicia es libertad. ¡Oh gloria inmarcesible! Del hombre los derechos Nariño predicando, El alma de la lucha Profético enseñó. Ricaute en San Mateo, En átomos volando, "deber antes que vida", con llamas escribió.
El Bambuco es el baile nacional, aunque también se baila la Jota chocoana, que es una parodia de la jota española y la Contradanza, que es un baile negro del Pacífico y la Cumbia, ritmo caribeño con raíces africanas, interpretadas en grupos de parejas que bailan en círculo al son de música de tambores y gaitas, llevando en la mano un mechón o vela.
La Flor Nacional es la Orquídea perteneciente a la variedad Cattleya trianae. Planta epifita de hojas carnosas, oriunda de Colombia. Abunda en el piso térmico templado. Lleva este nombre en honor del naturalista Colombiano José Jerónimo Triana. Fue escogida como símbolo nacional según un concepto emitido por la Academia Colombiana de Historia en 1936, aún cuando no ha sido consagrada oficialmente por ley. Las orquídeas colombianas son conocidas como las más hermosas del mundo.
El Árbol Nacional es la Palma de Cera del Quindío (Ceroxylon quindiuense). Es una palmera de imponente belleza, extraordinaria fortaleza y legendaria longevidad. Es exclusiva de los Andes colombianos. Alcanza alturas de hasta 70 metros. Fue escogida como Arbol Nacional de Colombia por la comisión preparatoria del III Congreso Suramericano De Botánica, celebrado en Bogotá en 1949.
Posteriormente fue adoptado oficialmente como símbolo patrio por la ley 61 de 1985.
El majestuoso Condor de los Andes (Vultus gryplus) fue escogido en 1834 como emblema de libertad y soberanía para el escudo nacional. Actualmente se adelantan campañas para su conservación, ya que se encuentra en vía de extinción. Es el ave más grande y de mayor envergadura de los Andes. Es el que vuela a mayor altura. Son proverbiales su majestad y nobleza.Y su longevidad, un mito. Se le ha llamado " el ave eterna ". Su fuerza y poderío son formidables.
Luis Vidales, el poeta de Colombia Este colombiano extraordinario que vino al mundo hace cien años en la población de Calarcá --un 26 de julio de 1904--, amó por igual la estadística y los juegos de palabras, la Edad Media y la Revolución de Octubre, a Carlos Marx y a Luis Tejada, al hombre de Cromagnón que pintó las cuevas de Altamira y a Pablo Picasso, a las remotas galaxias y al cine de Charlot, a Angela Davis y a los centauros del Pantano de Vargas. Este revolucionario que falleció en Bogotá un 14 de junio de 1990, considerado como el Poeta Nacional de Colombia y que había obtenido el Premio Nacional de Poesía y el Premio Lenin de la Paz, habita desde hace mucho tiempo en el territorio del corazón de millares de lectores que lo reconocen en consenso cada vez mayor, como su cantor, su intérprete y como aquel poeta que detectó sus alegrías, emociones y dolores y que convirtió todo ese innumerable panal de sentimientos en los más bellos, cáusticos, delicados y prodigiosos espejos de su patria.
El Fútbol es el deporte nacional. También hay interés en tenis, golf y ski en los valles Nevado del Ruiz.