Cuando Benjamín Franklin escribía a sus contactos en Europa durante la Guerra de Independencia norteamericana, sus cartas eran enviadas a través de San Eustaquio para burlar a la Armada Británica.
En el extremo más oriental de la Isla, casi a 1000 km de la Habana, la prodigiosa mano de la naturaleza dibujó uno de los más atractivos y mejor conservados paisajes de la geografía cubana. En este preciso lugar, se fundó la primera villa cubana: Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en 1512, por los conquistadores españoles. "Baracoa" es una palabra indígena que significa "existencia de mar"; este término alude, efectivamente, a la presencia de mar y ríos por todas partes en esta zona. También encontramos montañas con una exuberante vegetación. Estas características naturales conjugadas con elementos culturales e históricos hacen de Baracoa un destino turístico muy atractivo al visitante. La ciudad lo invita a recorrerla en todas direcciones; en el área urbana, el centro histórico es uno de los recorridos que le recomendamos, declarado Monumento Nacional pueden ser visitados los fuertes Matachín, La Punta, y los torreones de Joa y Caguase. Otras actividades interesantes son visitar el Yunque de Baracoa, una montaña con 575 m de altura, navegar cuesta abajo en una cayuca (típica embarcación de la región) por los ríos Miel, Duaba, Yumurí y Toa, bañarse en las playas Maguana, Saratoga y Duaba, visitar la plantación de cacao de Duaba y el zoológico de piedra ubicado en Loma Boquerón. Uno de los sellos distintivos de Baracoa es el sabroso chocolate, de una calidad reconocida internacionalmente, y que es obtenido a partir del procesamiento del cacao. Los hoteles de la ciudad brindan para los amantes de la cocina criolla restaurantes especializados, así como numerosas actividades de esparcimiento.
Cuando Benjamín Franklin escribía a sus contactos en Europa durante la Guerra de Independencia norteamericana, sus cartas eran enviadas a través de San Eustaquio para burlar a la Armada Británica.