El Castillo de Sam Lord, en Barbados, está dedicado a un pirata con ese nombre que colgaba linternas de las palmeras para simular las luces de los puertos y llevar a los barcos a los traicioneros arrecifes para, una vez hundidos, robar sus cargas.
El Castillo de Sam Lord, en Barbados, está dedicado a un pirata con ese nombre que colgaba linternas de las palmeras para simular las luces de los puertos y llevar a los barcos a los traicioneros arrecifes para, una vez hundidos, robar sus cargas.