Francisco Oller fue uno de los primeros artistas puertorriqueños que estudió en Europa. Participó activamente en el movimiento vanguardista de París durante los años en que se desarrollaba la pintura moderna. Allí conoció a los artistas impresionistas reconocidos de la época, de quienes asimiló muchas de sus técnicas e ideas en torno a la pintura. En 1871 fue nombrado caballero de la Orden de Carlos III, y un año después, pintor de la Real Cámara de Amadeo I. Con él surge en la Isla el interés por llevar al lienzo la realidad puertorriqueña, bien sea el paisaje, sus gentes o sus costumbres. Su arte va desde el realismo hasta el impresionismo aprendido de los maestros franceses. Las obras de Oller y su labor pedagógica, desde mediados del siglo XIX hasta su muerte, se consideran elementos básicos que definieron la tradición pictórica puertorriqueña al comienzo del siglo XX, lo que lo convierte en el pintor más importante de este siglo.