La condición indispensable para que se dé una relación que produzca crecimiento es el ser percibido por la otra persona como FIABLE, como una persona de la cual se puede estar seguro en el sentido mas profundo.
Esta congruencia ha de ser comunicada sin ambigüedades.
- Hay que experimentar actitudes positivas respecto a la otra persona.
- Se debe mantener la lejanía suficiente para que la persona pueda sentir su propia separación del otro, sus propios sentimientos y necesidades sin sentir invadido su espacio vital.
- Evidentemente esto implica la existencia de un valor de seguridad en si mismo.
- Se debe tener la capacidad de entrar en el mundo del otro, de sus sentimientos y significados subjetivos y siempre, sin ánimos de evaluarlos.
Todo esto lleva a pensar que la persona que mayor comunicación proporciona, tanto de escucha y de comunicación activa, es la persona más madura. La persona madura hace comunicarse y la comunicación hace madurar. Este es un circulo cerrado.