¿Qué es la eficacia?
El profesional eficaz es el que acepta que no puede llegar a todo y sabe limitarse tan solo a lo importante. La eficacia del tiempo pasa, inexorablemente, por un control estricto de los elementos que lo perturban.
Tenemos tres puntos de vista sobre la eficacia. estos puntos de vista van a depender del tipo de profesional que lo manifiesta.
- El primer punto de vista podría ser el de un trabajador manual que según sea la complejidad de la tarea que debe realizar vería la eficacia como saber aplicar los esfuerzos donde hace falta, cuando hace falta, ni más ni menos, para conseguir el efecto deseado.
- El segundo punto de vista lo ejercería, por ejemplo, un deportista de alto nivel. Su idea de la eficacia consistiría en saber reservarse para darse al máximo allí donde el compromiso ha de ser total.
- El tercer punto de vista sería manifestado por un especialista en organización de la eficacia de las empresas. En los terrenos de su competencia habrá que esforzarse para alcanzar lo mejor (calidad), lo más (producción), con el mínimo esfuerzo (economía de movimientos) y con una duración óptima (economía del tiempo).
No hace falta decir que estos anteriores puntos de vista son complementarios entre sí.
La puesta en funcionamiento de los fundamentos de la eficacia en el campo de la gestión y transmisión de la información, de las relaciones interpersonales y de la organización y estructuración del trabajo permiten la obtención de mejoras
- de salud: mayor dinamismo, reducción de la fatiga, menor estrés,...
- de tiempo: mejor utilización y mayor ganancia
Hay que ser eficaz para hacer más y mejor que de costumbre, en fin, para ser mejor. Pero esta decisión es sólo un asunto interior de cada persona.
Si se ha tomado la decisión de ser eficaz, han de tenerse los objetivos claramente definidos. Las dos claves iniciales para conseguir la eficacia son:
- la práctica: se deberá probar lo que nos enseñan los métodos de eficacia, adaptándolos a nuestro caso personal, e incluso hacer lo contrario de lo que enseñan. Pero la práctica ha de ser continuada.
- el esfuerzo constante: sabemos que la dificultad de aplicación no está en la complejidad de los métodos que se van a utilizar, sino que exigen un esfuerzo para ponerlos en funcionamiento o en práctica. Estos esfuerzos han de ser constantes, hay que volver al origen permanentemente para paliar el inevitable desfase en relación con los objetivos que nos habíamos fijado. |