Introducción
Decía Heráclito (500 a. C.) algo así como "nada es permanente excepto el cambio". Y en la era moderna, alguien se le ha ocurrido decir algo como que "el tiempo es lo unico que no se puede comprar". Una apreciación tan real como la vida misma.
En los entornos laborales es muy común oír cosas como "no tengo tiempo para nada", "necesitaría que los días fueran de 36 horas", "no puedo saber cuando voy a poder acabar esto y empezar aquello", "me paso el trabajo haciendo horas extras", "estoy estresado". Son los tiempos modernos.
Hay varios factores a los que podemos atribuir "a priori" la incapacidad generalizada para realizar las tareas en el tiempo estimado sin caer en el agobio.
El primero de estos factores es la falta de competencia profesional. Es decir, si una persona no está capacitada para su trabajo, necesitará más tiempo para realizarlo.
El segundo podría ser aquellas personas que ralentizan su trabajo de tal manera que necesitan hacer horas extras y así ganar más dinero. Ciertamente esto resulta ser una falta de ética profesional.
Podría haber algún factor más, pero, en último lugar, y como premisa para el desarrollo de este trabajo, estarían aquellos profesionales que son competentes y velan por la empresa pero que han perdido la capacidad para organizar eficazmente su tiempo laboral para mantener su nivel óptimo de productividad.
Este último factor es de lo más común y no puede considerarse en ningún momento como un error o incompetencia. En los últimos siglos, el cerebro humano no se ha desarrollado fisiológicamente significativamente. Vamos, que tenemos las mismas neuronas y las mismas circunvoluciones en el encéfalo que los antiguos romanos.
Lo que ha aumentado es el nivel de conocimientos que tiene la sociedad humana. Pero este aumento se da siempre de manera exponencial, es decir, dada vez hay más y más situaciones que deben ser procesadas y cada vez el ser humano recibe más y más información.
Pero lo que agrava más esta situación es que, la cantidad de información recibida aumenta geométricamente en función del tiempo, pero el tiempo entre información e información disminuye también geométricamente. |